El nombre es gracioso. Lo de que la cocina molecular tenga hasta los mismísimos a algunos me parece un comentario fuera de lugar. Para empezar, Adriá ha puesto la cocina española en el centro del universo culinario mundial. Tampoco entiendo qué hay de malo en ser creativo. La cocina molecular no ha cerrado bares y restaurantes tradicionales, sino que ha creado interés por la gastronomía, de lo cual todo el mundo se beneficia.
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